Con un estilo y un personaje muy parecido a Indiana Jones, Nicolas Cage protagoniza La Búsqueda, la nueva película de aventuras de Disney. Esta película trata sobre un antiguo tesoro de la edad Media que ha sido protegido por años por los Caballeros Templarios y los Masones, y escondido durante siglos hasta que un investigador moderno sigue una serie de pistas que lo llevan hasta una galería nacional y después hasta una antigua iglesia escondida... Sí... si muchos de los lectores han leído El Código Da Vinci o El último Catón, les sonará bastante esta historia. Esta nueva producción de Jerry Bruckheimer es bastante similar a la idea central de la novela de Dan Brown, por lo que nos queda descifrar si es que ninguno de los productores ni guionistas habían escuchado hablar de la novela, o sencillamente les dio igual la similitud de la historia. Los primeros veinte minutos son en los que descubrimos que está sucediendo y qué sucederá a partir de ahora. Conocemos rápidamente a los personajes principales, como si de un documental de History Channel se tratase. El comienzo se hace eterno, pero una vez sobrepasado, el encanto de la película aparece, y gracias los rápidos diálogos y a las incontables escenas de acción, podemos dejar de lados las dudas y disfrutar de esta historia poco creíble. La historia es bastante complicada de resumir y contar, pero aquí va una idea... Cage es Benjamín Franklin Gates, el descendiente de una familia de historiadores que han sido despreciados durante años por su creencia de que un gran tesoro había sido llevado a América por los Caballeros Templarios y había sido escondido por los Masones, (en este caso los Masones que supuestamente fundaron Estados Unidos). El padre de Benjamín no cree en la leyenda, pero su abuelo le entrega una pista que llegó a sus manos gracias a Charles Carroll, el último firmante de la Declaración de la Independencia.

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